Si yo fuera mujer
caminaría oteando el horizonte
con la alegría y el dolor a cuestas,
que conlleva el rosario de la vida.
Si yo fuera mujer
cumpliría con mis leyes no plagiadas,
ni impuestas por el hombre
con afrenta 0 esquilmo en su grandeza.
Si yo fuera
mujer,
rompería
los esquemas inventados:
amarraría, sin que haya un lazo,
mas allá del deber del vocablo.
Concebiría porque es ley divina,
amamantando y criando con cordura,
educando sin
normas ni salarios.
Si yo fuera
mujer ...
Subiría
los esbirros al campanario,
macearía los machos-man del barrio
y en eunucos, como tallos tronchados,
serían presentados en la plaza del barrio.
Si yo fuera mujer,
Sería mariposa del color del incendio.
Como el amor, se sabe, no es pecado.
al besar dejaría con mis besos el
fuego.
Acariciaría la vida, tocando siempre el alma.
Iría allá y
acá juntando los anillos,
rompiendo las sabanas heladas del estío.
Al final, seré voz redentora.
Desperté del polvo de la vista,
aprendí a soñar realidades: el amor es una fábula
y yo el sueño bajo tus párpados
que lanza piedras al espacio y agredo hasta el cielo
para liberar todo el silencio contenido en tu antología de sueños.
Si yo fuera mujer ... rompería las hostias sepultadas bebería el vino agridulce
que destruye la pasión de los tiempos.
Si yo fuera mujer ... gritaría al mundo:
No más violencia y respeto a ese ser que dio su vida
para crear otra vida,
entregando su amor más
allá de su llanto.
©Miguel Ángel Beltrán
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