28 de diciembre de 2012

Flores azules para que no vuelva a llover




Hoy pondré estas flores para ella,
las pondré bajo el altar de un trueno
bajo el anillo de tórtolas al aire
y cantaré su naufragio rojo
frente la fiera de todas las noches.
Hoy hablaré como ella a sus hijas,
susurrándole una lágrima cortada,
imitaré la mueca de su pureza
cada vez que el golpe llegaba
y dejaba surcos de una sombra sumisa,
que no deseaba un encuentro.

Esta tarde, cuando el sol es un puerto claro
y no hace otra cosa que abrazarse entre horizontes
diré por ella las últimas palabras de la lluvia,
con estas flores azules haré una casa de cuerpos infinitos,
para que ella, más allá de su sangre se recuerde,
victoriosa sobre jirones cobardes,
o mejor aún, como el reposo de lo iluminado
llenando los rostros de los sueños,

dejo estas flores en el retablo de su nombre,
para que no vuelva a llover,

cuando ella despierte.

© Marioantonio Rosa 

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