28 de diciembre de 2012

Ángela




Yo, Ángela,
que arrastro mis cachivaches
con una cadena larga,
larga, larga,
que se hace corta
con los años y pesa
y pasa
palabra
con palabra,
mezcla
mezclo
la resaca,
la casa,
la barca de la lírica que se marcha
¿para dónde?
que se pierde en la nada.
Se derrite en la lágrima más pobre
para girar en colores
morados del dolor,
asfixiados con el calor del día.
Y yo era mía, mía, mía
y me perdí
en ti.
Y salgo de la nada para
perderme en ella.
Se me escapa la melaza entre las manos
apuñalada por tus grises y pesadas
palabras.
Regreso a casa
sin nada, cansada de mí,
cansada de mi yo,
cansada de la Ángela
maltratada.
Yo solo quería ser Ángela.
Ángela yo,
no tu Ángela.

© Julia Laborde Delgado

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