Era un sendero
de hormigas
que me rascaba
la piel;
la carne
luciendo mil muecas al aire
desvestidas las
orejas
hundido el
mentón
escuchaba el
sonido de los pasos
dando tumbos
sobre mi cuerpo
mientras se
alimentaban muy despacio
ras-ras-ras
merrascaban la
piel
el tiempo largo
ante mis ojos abochornados,
dolorosos de
coraje, moribundos
el asco que se
desprendía
de mis entrañas
al ras-ras de mi
piel
Mis partes,
trataba de mantenerlas unidas
¡pero había una
selva de patas sobre mi cabeza,
animalditos
sobre mi espalda!
ras-ras-ras
se escuchan las
pisadas
una dos tres ras ras ras
Se alejan
se desvanecen...
siento mis ojos
echados en una pupila sin color
mi cuerpo
desnudo
busca un rincón
donde acomodarse...
...así desnuda
me encontraron
llevaba
veinticuatro horas en el suelo
en mi cuerpo
todavía el cuadro de pisadas
una a una las
escuchaba alborotarme el ano
¡ma ri co
nas!
la pa la
bra se quedó sin fuerza
manos extrañas exploran
mi ojos
y descubren un
color que no se explican
¿En cuántas
almas habitará esta misma condena?
© Ana Leyda
Fuentes
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