28 de diciembre de 2012

Nota final para una sinfonía fantástica



Noche de ensueño de nubes y lunas y estrellas
y miles de millones de cometas tiernos
que aletean en el mar que es un cielo
a donde vuela todo su presente y su futuro.
Senderos de luces que estremecen su alma
al trazar dibujos de flores en su cuerpo
con pinceles de varoniles trazos,
le roban todas las nociones de su ontología.
Y se las deja robar; porque se entrega entera,
cabal, generosa, latiente, múltiple como alas de mariposa.

Ante el rayo de nube oscura una lágrima de sangre
interrumpe la etérea danza de alas de cometas tiernos
y destroza el silencio el negro velo
como una pedrada que interrumpe el tiempo…que se reanuda.
Música de aleteos de golondrinas
que regresan mustias y rotas le roza el alma
ahora en do menor, en leve crescendo,
hasta el suave nocturno, o la sinfonía fantástica
que la envuelve y la convence con
la canción, cuento de siempre empezar:

Empezar de nuevo,
olvida el odio mordiente sobre tu carne.
No, no vuelve a pasar.
Empezar de nuevo,
te amo, solo respiro si mis ojos te ven,
lava mi culpa con tu amor y naceré de nuevo.
Volver a empezar…fueron palabras impensadas,
fue la tormenta, fue la hoz de la luna nueva,
los picos de las estrellas, el candente cometa,
los pinceles rotos, las golondrinas muertas.
Volver a empezar, olvidar,
Volver a empezar, olvidar…

No.
No volver a empezar.
Eso no volverá a empezar, jamás.
Aquí, su nota final.
Silencio incorruptible.
¡Basta ya!

©Marta L. Emanuelli Muñiz

No hay comentarios:

Publicar un comentario