–“Nos escondemos en la fría indiferencia al sufrimiento innecesario de otros, incluso cuando lo causamos”.James Carroll
Súbito es el acto de pararme en el escenario
A la espera del
desgarre del telón
Con el sombrero
de copa alta
Haciendo de mi
cabeza un gran malabar.
A los que miran
les vendo futuro
Por cada línea
de la mano.
Les oculto
pasado
Por cada tirada
de carta.
Les enseño a
sumar restando.
Uno más uno no
son dos, señores
Es un uno muy
malogrado.
Y ríen.
Saben que nada
nuevo han aprendido
Mientras se
toman de la mano
Verdugo con
verdugo atizándose las miradas.
Me suplican con
la multiplicación del dedo índice
Y muecas de ojos
desbocados, vacías grutas
Que les deje ver
lo que tanto se mueve bajo mi sombrero.
Finjo sorpresa
cuando solo actúo realidad en aparente monólogo.
Escucho sus
risitas nerviosas de cómplices
Que temen que el
próximo atentado sea contra ellos.
Profetizo la
sedición contra este cuerpo mío que no es suyo, de nadie.
Ustedes, los
conspiradores. Acuso.
Fracaso en el
intento de atinar alguna identidad, mucho menos la propia.
Dicen que es una
enfermedad, digo más bien que es un estado.
He sido terca
suplicante de un diezmo de afecto
Aspirante a ser
perdonada por haberme equivocado de tiempo y espacio.
Condenados a
contemplar mi acabose, les pago la deuda, comienza la ruleta rusa.
Y ahí los dejé
cabizbajos con los dedos dormidos
Mientras huyo,
haciendo acrobacias
Abandonado el
sombrero, cofre de heridas antiguas
Confeccionando
mi nuevo espejo de facciones.
Porque he mirado
a hurtadillas a los acróbatas
Para aprender a
dar vueltas, ponerme de cabeza y regresar sin caerme.
Sumándome a mí
misma en las piruetas del presente.
Girando
ilusionada la cabeza de vez en vez
Para notar
cuántos equilibristas han decidido seguirme en las contorsiones del despegue
Inventándonos
multiplicadas libertades
Nunca
restándose.
¡Vamos!
©Reina Fermaint
Rosa
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