28 de diciembre de 2012
Créditos y agradecimientos
Festival Grito de Mujer II San Juan Puerto Rico
Lugar Universidad Sagrado Corazón San Juan
Fecha 3 de marzo 2012
Coordinadoras
Embajadora MPI Zulma Quiñones Senati
y la escritora María Zamparelli
Jurado compuesto por
Dra. Virginia Dessus
Profesora Nidnal Ramírez
Poeta Miguel Ayala
...Y es como...
La Vida
repleta de tanta
vida
salta sobre el
acantilado
del horizonte.
...Y es como...
volver del
regresar
como regresar
del volver.
Como el reír de
la lágrima
como la lágrima
del reír.
Como el fin del
comienzo
como el comienzo
del fin.
Como el abrazo
que saluda en la despedida
Como la
despedida que abraza el saludo.
Como tu
lánguida, profunda y misteriosa mirada
que me dice
no eres parte
del misterio
...eres todo el
misterio...
que navega en mi
pensamiento.
©Marta Inés
Hernández Oliver
Ángela
Yo, Ángela,
que arrastro mis
cachivaches
con una cadena
larga,
larga, larga,
que se hace
corta
con los años y
pesa
y pasa
palabra
con palabra,
mezcla
mezclo
la resaca,
la casa,
la barca de la
lírica que se marcha
¿para dónde?
que se pierde en
la nada.
Se derrite en la
lágrima más pobre
para girar en
colores
morados del
dolor,
asfixiados con
el calor del día.
Y yo era mía,
mía, mía
y me perdí
en ti.
Y salgo de la
nada para
perderme en
ella.
Se me escapa la
melaza entre las manos
apuñalada por
tus grises y pesadas
palabras.
Regreso a casa
sin nada,
cansada de mí,
cansada de mi
yo,
cansada de la
Ángela
maltratada.
Yo solo quería
ser Ángela.
Ángela yo,
no tu Ángela.
© Julia Laborde
Delgado
Acto penitencial
Yo confieso ante la palabra Todopoderosa
y ante ustedes, poetas,
que si la mujer es herida
de pensamiento, palabra y omisión
es por nuestra culpa, nuestra culpa
nuestra gran culpa.
Por eso ruego a Santa María,
que también es mujer,
a la santísima mano opresora,
a la piel marcada
y a ustedes, poetas,
que intercedáis por ellas
ante
la memoria colectiva.
II.
Exijo a la justicia de los cielos,
y a la leyes de la tierra
que santifiquen el cuerpo
y el alma femenina.
Que, a cambio del pan de cada día,
no se haga la voluntad
del hombre agresor.
Que no haya perdón
para quien ofende a la mujer.
Que no se caiga en la tentación
de ceder ante la amenaza del puñal.
Y líbranos del machismo
de nuestras tierras
latinoamericanas.
Y líbranos de creer
que existe un hombre superior.
Y líbranos de olvidar
a la verdadera fuente de vida,
la Pachamama, la Madre Tierra:
una mujer.
Amén.
©Jéssika Reyes Serrano
Apedreamiento
Cada mano sostiene una piedra.
Alzo la vista.
Ya no puedo seguir meciéndome.
Escondiéndome detrás de ese cristal azul.
Abrazándome a mí.
Una piedra me golpea.
La sangre se desliza por mi
boca.
No puedo ignorarla.
Bloquear el dolor.
Recurrir a los mismos sueños
una y otra vez.
Otra piedra rasga el aire.
Es duro e incómodo caer sobre
el concreto.
Escuchar cómo se quiebran tus
huesos con cada pedrada.
No hay quien escriba los
pecados en la arena.
Alguien que detenga esta furia
asesina.
Las piedras caen sin parar.
Sinapsis apagada.
© Lynette Mabel Pérez
Confesión de una actriz sin penitencia
–“Nos escondemos en la fría indiferencia al sufrimiento innecesario de otros, incluso cuando lo causamos”.James Carroll
Súbito es el acto de pararme en el escenario
A la espera del
desgarre del telón
Con el sombrero
de copa alta
Haciendo de mi
cabeza un gran malabar.
A los que miran
les vendo futuro
Por cada línea
de la mano.
Les oculto
pasado
Por cada tirada
de carta.
Les enseño a
sumar restando.
Uno más uno no
son dos, señores
Es un uno muy
malogrado.
Y ríen.
Saben que nada
nuevo han aprendido
Mientras se
toman de la mano
Verdugo con
verdugo atizándose las miradas.
Me suplican con
la multiplicación del dedo índice
Y muecas de ojos
desbocados, vacías grutas
Que les deje ver
lo que tanto se mueve bajo mi sombrero.
Finjo sorpresa
cuando solo actúo realidad en aparente monólogo.
Escucho sus
risitas nerviosas de cómplices
Que temen que el
próximo atentado sea contra ellos.
Profetizo la
sedición contra este cuerpo mío que no es suyo, de nadie.
Ustedes, los
conspiradores. Acuso.
Fracaso en el
intento de atinar alguna identidad, mucho menos la propia.
Dicen que es una
enfermedad, digo más bien que es un estado.
He sido terca
suplicante de un diezmo de afecto
Aspirante a ser
perdonada por haberme equivocado de tiempo y espacio.
Condenados a
contemplar mi acabose, les pago la deuda, comienza la ruleta rusa.
Y ahí los dejé
cabizbajos con los dedos dormidos
Mientras huyo,
haciendo acrobacias
Abandonado el
sombrero, cofre de heridas antiguas
Confeccionando
mi nuevo espejo de facciones.
Porque he mirado
a hurtadillas a los acróbatas
Para aprender a
dar vueltas, ponerme de cabeza y regresar sin caerme.
Sumándome a mí
misma en las piruetas del presente.
Girando
ilusionada la cabeza de vez en vez
Para notar
cuántos equilibristas han decidido seguirme en las contorsiones del despegue
Inventándonos
multiplicadas libertades
Nunca
restándose.
¡Vamos!
©Reina Fermaint
Rosa
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